Si tecleo en mi ordenador “Qué es Marketing” en Google, la primera definición que aparece en su diccionario es:
Conjunto de técnicas y estudios que tienen como objeto mejorar la comercialización de un producto.
Dicho esto, para cualquier empresa, organización e incluso para cualquier persona que sea marca o quiera trabajar una marca en concreto, el marketing le es indispensable para mantener su actividad y obtener el reconocimiento oportuno de sus grupos de interés (pe: clientes, trabajador@s…).
Se podrá o no trabajar más una marca que otra. No todas las empresas, organizaciones (públicas o privadas) y personas (pe: deportistas de élite, autónom@s…) disponen de los mismos recursos ni de la misma creatividad, ni si quiera de las mismas inquietudes. Lo cual hace que estadísticamente hablando, estés en un lado u otro, en los que trabajan los aspectos relacionados con la marca, en los que no los trabajan, en los que ni creen en ello y en los que no hacen ninguna actuación consciente a este respecto.
Hago este matiz relacionado con la consciencia porque hay personas, empresas y organizaciones que por su forma de ser, su ámbito de actuación o por las diferentes iniciativas que lideran, se convierten en marcas, incluso internacionalmente reconocidas. Por ejemplo, Juan Mata, jugador del Manchester United está promoviendo una iniciativa para que los jugadores de fútbol profesionales donen el 1% de su sueldo, lo cual supera el 0,7% de Ayuda Oficial al Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Esta iniciativa está engrandeciendo su imagen y los valores que representa.
Las marcas, son reconocibles y reconocidas por sus valores, sin embargo no todas los trabajan y desarrollan debidamente, y se aprovechan de su situación y fortaleza en el mercado, además de determinadas técnicas de marketing, porque el objetivo de cualquier marca es la venta, y para ello, a veces parece que todo vale. Esto no se puede obviar, hacerlo sería engañarnos como consumidores, como clientes.
Hay que decirlo abiertamente, porque lo contrario es hacerse trampas al “Solitario”. El marketing también sirve para engañar. Algunas marcas, se aprovechan de los estudios y estadísticas que describen los comportamientos del consumidor, interpretándolos y ejecutándolos para obtener el mayor rendimiento de sus actuaciones.
Estos estudios analizan los factores que inciden en los hábitos de consumo:
- Culturales (pe: nivel, clase social…)
- Sociales (pe: tipo de familia, grupos de referencia…)
- Personales (pe: edad, ocupación, circunstancias económicas….)
- Psicológicos (pe: motivación, percepción, convicciones…)
También se tienen en cuenta los tipos de compra:
- Compleja: en productos de alto valor, donde la decisión se basa en el conocimiento.
- Descartando la Diferencia: por ejemplo, se descartará primero por precio cuando hay marcas diferentes con productos similares…
- Habitual: compra por inercia, lo que resulta más familiar, productos o servicios de uso cotidiano…
- Con búsqueda variada: se alternan las marcas para no caer en la monotonía, hay diferencias sustanciales entre las diferentes marcas…
- Impulsiva: no está planeada
Dicho esto, está dentro de cada uno analizar lo que nos incita a comprar, teniendo en cuenta que mucho de lo que nos rodea está planificado, para decantarnos por una marca, un producto y un servicio concreto. Nos conocen, juegan con la estadística y asumen riesgos. En nuestras manos queda conocer lo que nos impulsa a comprar y tenerlo bien en cuenta a la hora de tomar decisiones a este respecto.
Os pongo un ejemplo del 22 de mayo, en un supermercado de Carrefour de Bizkaia encuentro un producto de alimentación como es el jamón de york a una altura de metro sesenta (más o menos) con una pegatina en color llamativo con el precio y el término oferta. Es todo un reclamo que me incita a comprar creyendo que la oferta es un precio más económico que el precio habitual del producto. No era el caso, más bien todo lo contrario.
Se adjunta una foto como evidencia de esta acción, donde se ve el producto etiquetado con la oferta y el precio real que te van a facturar colocado en la estantería debajo del producto. El precio del producto es inferior al indicado en la oferta.
Siempre habrá quien diga que puede ser un despiste y no haber actualizado el precio del producto en la estantería….sin embargo el objetivo de reclamo, ha sido eficaz. Ha centrado la atención y animado la compra. Salí con dicho jamón york.
Imaginaros esta técnica aplicada en un porcentaje, por ejemplo de un 10% de los productos de un supermercado….una locura, verdad? Pues este porcentaje suele ser bastante mayor…
Al final, llegamos a una conclusión: lo bueno que es disponer de profesionales dedicados a mejorar las técnicas de marketing, porque después de todo, la elección de las técnicas de marketing que se aplicarán dependerán siempre de los valores de la marca, y resultarán efectivas en la medida del conocimiento del mercado actual y potencial de estos profesionales que trabajarán para la marca y de los recursos disponibles para ellos.
Iker Fernandez, gerente de Ifkonsulting