Siempre en guardia, siempre vocación de servicio
Los pasados días 14 y 22 de junio el equipo de Ifkonsulting, casi al completo, Mónica, Patxi, Cristina, Asier y yo mismo, participamos junto a algunos amigos y partners Santi de Treselec, Unai y Sonia de Insec, Diego de Laga Arquitectura e Ivan de Curvados Quintin en un curso de primeros auxilios impartido por el equipo de Julen de DiveTarpoon.
Fue una pena no acudir todos porque alguna baja de última hora hubo. Sin embargo, están deseando poder recibir el curso.
Ha sido un curso especial y muy divertido, homologable por PADI, lo cual implica una metodología de impartición teórico-práctica muy exigente, así como unos contenidos de lo más detallados pues los buzos pueden enfrentarse a situaciones realmente complejas, más complejas que aquellas situaciones a las que podemos enfrentarnos en nuestro día a día, con la familia, con los amigos, en el trabajo, en un partido de fútbol….sin embargo, todos estamos expuestos a necesitar aplicar intervenciones destinadas a mantener la vida o secundarias, cuando no está aparentemente la vida en riesgo, porque a nuestro alrededor se dan accidente u otras situaciones que necesitan que estemos preparados para resolverlas lo más satisfactoriamente posible y con el menor perjuicio posible para las personas.
Habrá quien diga que es una tontería realizar este tipo de curso, otros dirán que no tienen tiempo y otros no dirán nada y sencillamente pasarán del tema. Ya lo decían en mi casa desde que tengo uso de la razón, “la inconsciencia es la madre del atrevimiento”.
Voy a contar dos experiencias personales que me han marcado, que a más de uno le podrán resultar familiares:
La primera sucedió hará muchos muchos años, cuando jugaba a fútbol en el Ugeraga, el equipo de Sopela. Un día entrenado en el campo de arena, para los jovencitos, recordarles que antes apenas había campos de hierba artificial y los que había eran moquetas que enmascaraban lijas, en el campo contiguo de baloncesto estaban entrenando los mayores de basket, cuando el entrenador se desplomo. Aunque se le aplicaron los primeros auxilios, nada se pudo hacer por la vida del mister, padre de un compañero de mi equipo y de otros dos jugadores a los que estaba entrenando en ese momento. Fue una situación con fatal desenlace que me ha marcado mucho, como para no, le conocía desde que jugaba con su hijo pequeño a futbito en la ikastola en deporte escolar.
“La inconsciencia es la madre del atrevimiento”
La segunda situación es más reciente y con final feliz. Hará doce años de ello. Esta vez, siendo entrenador del cadete de la SD Moraza, club histórico bilbaíno, estando jugándonos el campeonato de liga contra la Ikastola Larramendi de Mungia, a falta de 10 minutos para el final, cuando perdíamos de un gol, en una contra que nos armaron al saque de un córner, chocaron violentamente en el medio campo nuestro portero, Ioritz, nuestro defensa Jon y el delantero contrario. Quedaron tendidos en el suelo los 3, levantándose rápidamente el delantero contrario, retorciéndose el defensa y convulsionando el portero. La situación, drámatica, el árbitro para el partido (nadie se mueve).
Parece que el tiempo se paraliza. Los segundos parecen vidas enteras. Hay que actuar. Tienes a un jugador, que aunque con 15 años llega al metro noventa convulsionando, otro de metro setenta y atlético sangrando de la cabeza y muy “atontado” tirado en el suelo. ¿Qué haces? Porque realmente hay que hacer algo, y ese algo son los primeros auxilios y un buen curso te ayuda a saber qué hacer. No voy a dar la respuesta, solo el resultado. Ambos chavales se recuperaron antes de que llegara la ambulancia y los trasladara al hospital de Basurto.
Desde aquí agradecer una vez más la ayuda, la afortunada ayuda de un ATS, aita de un chaval de categorías inferiores que siempre acudía a los campos con varios tubos o cánulas de Guedel y a los aitas de un jugador del equipo, médicos de profesión así como a otras personas del club, padres del equipo y del equipo contrario que supieron cómo actuar dejándose guiar por las indicaciones que dábamos.
Desde aquel incidente, en todos los botiquines de los equipos del Moraza se introdujeron varios tubos o cánulas de Guedel(son de diferentes tamaños) y se impartieron charlas formativas en materia de primeros auxilios a los entrenadores. Siempre se puede mejorar y vimos clara la vital importancia de prepararnos para situaciones de esta índole.
Pero el objeto de este artículo no es meter miedo, sino hacer promoción de la importancia de prepararse para afrontar determinadas situaciones que conllevan riesgo para la vida y la salud y contar lo increíblemente bien que lo pasamos gracias a la profesora Miren, médico residente y el instructor Igor, que se prestó voluntario, para como veréis en la foto hacerle de todo….porque este curso ha sido realmente valioso, enriquecedor y realmente divertido.
No dejéis nunca la oportunidad de prepararos. Quién sabe si necesitaréis aplicar vuestros conocimientos y experiencia de campo. Aun así, si se diera el caso, mejor estar preparados. Nunca va a haber una segunda oportunidad. Tenemos que ser conscientes que con el hecho de pedir ayuda (esto es lo primero que hay que hacer siempre ante cualquier situación de emergencia) y no hacer “nada” más, realmente estamos aplicando un principio básico de primeros auxilios en determinadas situaciones (pe: accidentes que pudieran implicar traumatismos en la columna….).
Iker Fernández